Reconocer un producto auténtico a base de CBD supone un verdadero reto, tanto si se es profesional como si simplemente se siente curiosidad por este sector en plena expansión. Con el rápido desarrollo del mercado y la multiplicación de la oferta, resulta fundamental distinguir bien el CBD de otros derivados del cannabis, sobre todo ante el riesgo de confusión con las variedades ricas en THC prohibidas. Para garantizar una compra segura y evitar cualquier error, existen algunos criterios concretos que permiten diferenciarlos sin caer en las trampas más habituales.
Identificar las diferencias entre el CBD y el cannabis gracias al aspecto visual
Lo primero que hay que hacer es examinar atentamente el aspecto visual de una flor o resina. Aunque esto no sustituye a un análisis formal, hay algunos detalles que saltan a la vista. Los productos a base de CBD suelen presentar un color verde claro, a veces intenso, acompañado de reflejos nacarados, especialmente en la resina. Este contraste se nota especialmente cuando se comparan con el cannabis tradicional, que suele presentar tonos más oscuros, incluso marrones, y un brillo intenso que revela una alta concentración de THC.
La textura también es un indicio importante. El CBD ofrece una resina menos pegajosa, con una sensación grasa o ligeramente jabonosa al tacto. Por el contrario, los cogollos de cannabis prohibidos se distinguen por su aspecto muy resinoso, casi pegajoso, lo que acentúa aún más su brillo característico. Sin embargo, hay que estar atentos: las técnicas de cultivo evolucionan y pueden influir en el aspecto final del producto, lo que a veces hace que la distinción sea menos evidente. La forma en que se cultivan y preparan las flores juega un papel importante en su aspecto.
- CBD: aspecto claro, reflejos nacarados, textura grasa o ligeramente jabonosa.
- Cannabis rico en THC: aspecto oscuro, resina brillante y pegajosa, sensación viscosa al tacto.
Procesos olfativos y gustativos para diferenciar los matices
El olor es un criterio valioso para distinguir el CBD legal de las variedades narcóticas. Al abrir la bolsa, la nariz percibe rápidamente la diferencia: el CBD desprende un aroma suave, vegetal o herbáceo, a menudo discreto, pero sutilmente variable según la variedad y la riqueza en terpenos naturales conservados durante la extracción. Esta neutralidad aromática contrasta claramente con el potente olor de las plantas de cannabis clásicas, en las que el famoso aroma «skunk» revela una marcada presencia de THC.
Cada variedad tiene también su propio perfil gustativo. Si el cannabis clásico ofrece un sabor terroso y acre, a veces muy persistente, los productos a base de CBD ofrecen notas más ligeras y matizadas, apreciadas por su accesibilidad. Cuando se conserva el perfil terpénico, la degustación revela una agradable paleta herbácea. Sin embargo, las condiciones de cultivo, el método de conservación y los procesos de preparación influyen considerablemente en estas percepciones, lo que hace que cada lote sea único.
- CBD: aromas suaves, vegetales, sabores discretos según la variedad.
- Cannabis con alto contenido en THC: olor intenso, notas pronunciadas a skunk, sabor potente y persistente.
Verificaciones fiables y pruebas para certificar la naturaleza del producto.
A pesar de todos los indicios sensoriales y visuales, solo una verificación científica permite descartar cualquier duda. Existen varios métodos para garantizar que una muestra contiene efectivamente CBD y no una variante prohibida rica en THC. Entre las soluciones disponibles, el uso de una prueba de saliva especializada después de la manipulación puede revelar la ausencia de THC, lo que certifica la conformidad del producto.
Los reactivos químicos constituyen una alternativa eficaz: estas pruebas colorimétricas revelan la molécula dominante mediante un simple cambio de color: un tono rosado indica la presencia de CBD, mientras que un tono azulado indica la presencia de THC. Aunque son fáciles de usar, requieren un mínimo de rigor. Por último, los certificados de análisis de laboratorio, proporcionados por laboratorios independientes y consultables en mayoristas especializados, siguen siendo la referencia. Estos documentos detallan la composición exacta, los niveles de cannabinoides y garantizan la ausencia de sustancias indeseables.
- Realizar una prueba de saliva especializada para verificar la ausencia de THC.
- Utilizar kits químicos de reconocimiento instantáneo (cambio de color).
- Solicitar sistemáticamente análisis de laboratorio y examinar los niveles indicados.